FRANCIA: CARACTERÍSTICAS SOCIOEDUCATIVAS Y CULTURALES  

 

 

 Datos Generales

Datos básicos del país

Superficie (km2)

551 500

Population (2000)

59 238 000

Nom officiel du pays

La République française

Région

Europe occidentale

Type d'économie

Revenu élevé

Produit intérieur brut par habitant (2000)

US$ 21 848

Pourcentage de population en deçà du seuil de pauvreté national

...

Indicateur du développement humain, IDH (1999)

0,924

Rang de IDH sur 162 pays (1999)

13

 

 

Situación, superficie y clima

Francia es el país más extenso de Europa Occidental con una superficie de 549.200 Km2. Se extiende entre 42º20' y 51o5' de latitud norte y entre 4º47' de longitud Oeste y 8º15' de longitud. Presenta una forma similar a un hexágono, por lo que es denominada, familiarmente, “l’Héxagone”.

Además del territorio metropolitano, Francia integra los departamentos de ultramar (DOM): Guadalupe, Martinica, Guayana y la Reunión, los territorios de ultramar (TOM): Polinesia Francesa, Nueva Caledonia y Wallis-et-Futuna, y la categoría reciente de “colectividades territoriales” que se aplica a Mayotte y a St Pierre-et-Miquelon.

En relación con el de España el clima de Francia es más homogéneo, menos extremado y notablemente más húmedo. Aparte de las zonas de montaña, se distinguen tres zonas climáticas: atlántica, mediterránea y continental.

Esta última corresponde a las regiones del Este y del Macizo Central (Auvergne) que son las más alejadas de la influencia marina.

En París el clima es algo más extremado y menos lluvioso que en la costa atlántica, sin llegar a tener las características del clima continental.

 

Demografía y Sociedad

La población de Francia (enero 2007) se estima en 63,4 millones de habitantes, siendo el 2º país más poblado de Europa, después de Alemania (82,6 millones) que implica una densidad de 97 hab/Km2, inferior a la media de la UE(15) de 120 hab/Km2, pero superior a la española (81 hab/Km2).

Con una tasa de natalidad de 2 niños por mujer en el 2006 y 830.900 nacimientos, Francia es el segundo país más fecundo de Europa, después de Irlanda. Contribuye en dos tercios al crecimiento de la población europea (sin tener en cuenta la inmigración)

La esperanza de vida de los varones es de 77,1 años similar a la media europea y la de las mujeres de 84,0 años, superior a la media europea de 81,4.

El número de extranjeros mayores de 18 años residentes en la Francia metropolitana se cifró en el censo de 2004 en 4,5 millones de personas lo que corresponde a un 9,6% de la población de este intervalo de edad contra 8.9% en el 1999. Dentro del grupo de inmigrantes, se acentúa la diversificación de los orígenes geográficos: descienden los inmigrantes procedentes de Europa (41% en le 2004 contra 46% en 1999) y se incrementa la inmigración asiática (14% en 2004 contra 12% en 1999) y de África ( 42% en 2004 contra 39% en 1999).

 

Referencia histórica

Resumir la historia de Francia supera, con mucho, las pretensiones de este informe. En este epígrafe se destacan los acontecimientos principales de su historia contemporánea.

La unidad de Francia se fraguó en el período conocido como “guerra de los 100 años”, desde la ofensiva inglesa de 1346 hasta la liberación de París en 1436. A partir del reinado de Luis XI (1461-1483) monarca a quien se debe la expresión “Je suis France” comienza la expansión territorial de Francia hasta alcanzar su configuración actual en 1860, año en que se produce la cesión a Napoléon III de Niza y Savoya, en pago a su apoyo a la causa de la unidad italiana, defendida por el rey del Piamonte.

La gran importancia de Francia en la historia de Europa y de la humanidad es indiscutible. En Francia se acuñan nociones básicas que presiden la organización del estado contemporáneo: derechos fundamentales del ciudadano y división de poderes. El tránsito a la denominada “edad contemporánea” se entiende consecuencia de la Revolución de 1789.

En 1818, tras la derrota definitiva de Napoleón I, el liberalismo es reprimido, pero su semilla ha germinado irreversiblemente. En 1830, es derrocado Carlos X, último monarca absoluto y se entroniza a Luis Felipe, Duque de Orléans. La época orleanista (1830-1848) conoce el establecimiento de la monarquía parlamentaria, la extensión del sufragio y la consolidación de las colonias del Mahgreb. Se construyen las primeras líneas de ferrocarril y comienza la industrialización moderna, a cuyo calor se alumbran las ideas socialistas.

La crisis agrícola de 1846, transformada en crisis industrial y financiera al año siguiente desemboca en un movimiento de masas que fuerza la abdicación de Luis Felipe y proclama la II República en febrero de 1848. El nuevo régimen convoca elecciones a una Asamblea constituyente y vive un período de revueltas populares en el que se registran los primeros episodios de lucha de clases con derramamiento de sangre. La constitución de 1848 proclama el sufragio universal y, en apicación de la misma se celebran elecciones presidenciales que gana por amplio margen de votos el candidato del “partido del orden”, Luis Napoleón Bonaparte.

Luis Napoleón protagoniza un autogolpe el 1 de diciembre de 1851 y hace ratificar por plebiscito el fin de la II República y el comienzo del II Imperio. Durante los años que siguen la sociedad francesa experimenta una transformación acelerada. Es el nacimiento de la civilización industrial , del capitalismo a gran escala y del proletariado. Es también la época del entendimiento con Gran Bretaña y de la expansión colonial en Africa y en Indochina, de la construcción del canal de Suez, de los avances técnicos, las exposiciones universales y el gran ensanche de París.

El segundo imperio termina por la derrota frente a la pujante Prusia de Bismarck a la que Napoleón III había declarado la guerra (19/7/1870). Cuando tres cuerpos del ejército alemán atraviesan la frontera y terminan por aniquilar al ejército francés en la hondonada de Sedán, las fuerzas francesas capitulan y Napoleón III es hecho prisionero, muriendo tres años más tarde en su exilio londinense. En Lyon y en París las masas toman la calle y proclaman la república. Los prusianos prosiguen su paseo militar por Francia. El gobierno provisional capitula en enero de 1871. Las condiciones de paz son duras .

El pueblo de París se subleva: se proclama la Comuna en la capital sitiada y se expulsa de ella al Gobierno provisional. La insurrección es sofocada cruentamente por Thiers y se instaura la III República en la que predominan las fuerzas moderadas y laicas que gobiernan frente a conservadores y radicales.

Se suprime la censura previa de prensa, se regula el derecho de asociación, se democratizan los municipios y se establece la enseñanza primaria obligatoria, laica y gratuita. En política exterior prosigue la expansión colonial y se mantiene el entendimiento franco-británico.

Esta "belle époque" de prosperidad económica y florecimiento cultural y artístico se ve brutalmente interrumpida por la I Guerra Mundial que provoca 1.400.000 muertos y 3 millones de heridos, la destrucción del 20% de la capacidad productiva y un fuerte endeudamiento interior y exterior . En 1921 se estima que el PIB ha retrocedido al nivel que tenía 30 años antes.

La reconstrucción se acelera a partir de la estabilización monetaria de 1926. Francia sufre los efectos de la crisis del 29 a partir de 1931 y el gobierno sigue aferrado al patrón-oro que intenta mantener con una mezcla de políticas proteccionistas y deflacionistas cuyo resultado es desastroso. A las manifestaciones incipientes de fascismo la izquierda responde formando el Frente Popular, que gana las elecciones de 1936.

Bajo el gobierno de Leon Blum se aprueban las leyes que regulan la negociación colectiva, las vacaciones pagadas y la semana laboral de 40 horas. Se nacionalizan algunas industrias militares y se prolonga la escolarización obligatoria hasta los 14 años. En vísperas de la II guerra mundial, la sociedad francesa aparece dividida entre los partidarios de un acuerdo con Hitler, los defensores de una política de rearme y una izquierda pacifista que solo se apercibe tardíamente de la amenaza nazi.

En la primavera de 1940 el ejército alemán entra en Francia y París es ocupado el 14 de junio. El armisticio se firma una semana después. Ha muerto la III República y han nacido el régimen títere de Vichy y la Resistencia. A partir del desembarco en Normandía (6/6/44) las tropas aliadas van liberando el territorio francés. El 6 de septiembre de 1944 se constituye el Gobierno Provisional. El ejército alemán capitula el 8 de mayo de 1945. La II guerra mundial ha dejado en Francia 600.000 muertos y una estela de desolación.

La derrota de los colaboracionistas de Vichy ha acabado, por varias décadas, con la derecha reaccionaria. Nace una nueva derecha republicana y nacionalista: el gaullismo. No obstante, De Gaulle se retira y la IV República será todavía el campo de juego de las viejas fuerzas políticas.

En una Francia que se recupera rápidamente de las heridas de la guerra y que participa activamente en la creación de las primeras instituciones europeas, los estertores del imperio colonial dan lugar a los episodios más dramáticos de la década de los 50. La guerra de Indochina cuyos sangrientos episodios se extienden entre 1950 y 1954 termina con la derrota de Diên Biên Phu (mayo de 1954) y la evacuación de las antiguas colonias.

Ese mismo año comienza una oleada de atentados en Argelia, que ya no conocería la paz hasta el reconocimiento de su independencia el 3/7/62. En 1956 se reconoce la independencia de Marruecos XE "Marruecos"  y de Túnez. Fuerzas franco-británicas intervienen en Egipto, contra la nacionalización del canal de Suez, pero deben retirarse sin obtener resultados, debido a la presión internacional. El movimiento de descolonización es ya imparable. Se producirá sin traumas en todo el antiguo imperio colonial francés excepto en Argelia donde una extensa colonia francesa, respaldada por el ejército, se enfrenta, violentamente a las pretensiones independentistas del FLN. En 1958, el Gobierno, incapaz de hacer frente a los partidarios de la Argelia francesa o de ceder a sus pretensiones, acepta el ofrecimiento del General De Gaulle de asumir los poderes de la República.

El 1/6/58 es investido como Presidente de la República, con plenos poderes y el 28 de septiembre se aprueba en referéndum la Constitución de la V República. En las primeras elecciones presidenciales, de 21/12/58 De Gaulle inaugura su primer septenato. Convencido de que la independencia argelina es inevitable, De Gaulle no duda en enfrentarse con los partidarios de la Argelia francesa que, en gran parte, le habían apoyado.

El 3 de julio de 1962, el reconocimiento oficial de la independencia de Argelia cierra un doloroso capítulo de la historia de Francia. De Gaulle se ha ganado enemigos irreconciliables, pero su política merece la aprobación mayoritaria de los franceses en las elecciones legislativas de noviembre de ese mismo año. Vence a Mitterrand por amplio margen en las presidenciales de 1965 y, tras haber capeado los conflictos de mayo de 1968, se retirará al año siguiente, al perder un referéndum sobre el Senado y la regionalización. Un mito ha pasado a la historia pero su huella se dejará sentir hasta nuestros días. La V República coincide, prácticamente, con la entrada en vigor del Tratado de Roma (1/1/59) y con un período de crecimiento sostenido, acompañado de inflación, que se prolonga hasta la crisis del peróleo de 1973.

Valery Giscard d’Estaing, Presidente entre 1974 y 1981 debe afrontar una delicada situación económica (inflación y reconversión industrial) y política (ascensión de la izquierda y debilitamiento de la UDF frente al RPR).

En 1981 el socialista François Mitterrand resulta elegido Presidente Se forma un gobierno de unidad de la izquierda, presidido por Pierre Mauroy que rompe con la política económica ortodoxa y lanza un plan de nacionalizaciones y de reactivación del consumo. Los aumentos de costes llevan la inflación de 1981 al 14% y tienen que ser compensados por una triple devaluación del franco y una triple revaluación del marco. Ante el fracaso de esa política económica y la oleada de protestas frente a su proyecto de reforma educativa Pierre Mauroy es sustituido en julio de 1984 por Laurent Fabius quien trata de despolitizar las empresas públicas y conduce con éxito una política antiinflacionista, al precio de un aumento del paro que llega a rebasar los 2,5 millones de personas, más del 10% de la población activa.

La derecha gana las elecciones legislativas legislativas de marzo de 1986. Se produce la primera cohabitación. Jacques Chirac es nombrado Primer Ministro y Edouard Balladur, Ministro de Economía, Finanzas y... Privatización. Mientras el franco se devalúa, de facto, en un 6% frente al marco y al florín, el Gobierno desarrolla un ambicioso programa: se eliminan intervenciones de precios, se promulga una amnistía fiscal, se reducen los tipos de interés, se rebaja el impuesto sobre la renta, se garantiza la libertad de movimientos de capital y se elimina el requisito de autorización administrativa para el despido.

Se pone en marcha un plan de privatizaciones que se desarrolla con éxito hasta el crac bursátil de octubre de 1987. Se reduce la inflación con la ayuda del descenso de los precios del petróleo y de la cotización del dólar. La tasa de crecimiento vuelve a niveles satisfactorios (3,4% en 1987) aunque la creación de empleo no basta para compensar una continua progresión de la tasa de actividad.

Cuando Mitterrand es reelegido Presidente en mayo de 1988, el entorno económico ha cambiado irreversiblemente. El 1º de enero de 1987 ha entrado en vigor el Acta única europea y la ley que instituye la libertad de precios y los principios de la competencia. Parte del programa de privatizaciones se ha llevado a efecto, la economía está creciendo al 4,4% y el paro va disminuyendo. Mitterrand nombra Primer Ministro a Michel Rocard. El antiguo defensor del socialismo autogestionario actúa como prudente administrador de una economía capitalista compleja y fuertemente internacionalizada. La coyuntura favorable se mantiene hasta fines de 1990.

A partir de la crisis que coincide con la guerra del Golfo se produce un ciclo depresivo: aumentos sucesivos del desempleo, pérdidas multimillonarias de empresas públicas, crisis de la flota pesquera, insuficiencia de la seguridad social. Incapaz de remontar esta crisis, Michel Rocard dimite en mayo de 1991 y es substituido por Edith Cresson que no resuelve ninguno de los problemas dejados por su antecesor.

Las elecciones legislativas de marzo de 1993 vuelven a dar el triunfo a la derecha. Se produce la segunda cohabitación, con Edouard Balladur como Primer Ministro. Su principal objetivo es reequilibrar las cuentas públicas. En mayo del 93, se lanza una monumental emisión de deuda pública, el empréstito Balladur: 40.000 millones de francos a 4 años y al 6% en títulos convertibles en acciones de las empresas que se privatizan. Se reanuda el programa de privatizaciones .

En estas circunstancias, con Mitterrand gravemente enfermo y un gran descontento por la falta de crecimiento y por el desempleo, Jacques Chirac gana las elecciones presidenciales de 1995 con el 52,6% de los votos, frente a su contrincante socialista, Lionel Jospin.

Alain Juppé, nombrado Primer Ministro, se encuentra con la difícil tarea de contentar a unos electores preocupados por el desempleo y el bajo crecimiento de la economía, unos medios empresariales que reivindican menor presión fiscal y unos mercados financieros que observan con intranquilidad el creciente deterioro de las finanzas públicas. El 15/11/95 el Primer Ministro presenta su plan de reforma de la Seguridad Social que sorprende por su firmeza y por la amplitud de las reformas propuestas. Los sindicatos desencadenan una fuerte confrontación que se plasma en tres semanas de huelga (24/11-18/12/95) en el transporte público y otros sectores estratégicos. El conflicto se salda con algunas cesiones del Gobierno.

En los primeros meses de 1997 se hace evidente la necesidad de un ajuste enérgico para contener el déficit público. Chirac, tratando quizás de evitar que las elecciones legislativas previstas en 1998, coincidan con los momentos más duros del ajuste, anuncia la disolución de la Asamblea y la convocatoria anticipada de elecciones generales. Pero estas elecciones generales de mayo de 1997 dan el triunfo a la izquierda, produciéndose un cambio de mayoría y desembocándose, así, en una tercera cohabitación. Chirac nombra Primer Ministro, al socialista Lionel Jospin, quien forma un gobierno de izquierda plural con socialistas, comunistas y verdes, que será recordado por la reducción de la jornada de trabajo a 35 horas semanales, cuya puesta en marcha se aprueba a principios de 1998 y que culmina en enero de 2002 con su aplicación a las pequeñas empresas. La coyuntura económica le será propicia al Gobierno Jospin, pero sólo hasta 2001.

En abril de 2002, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, Chirac queda en primer lugar aunque con menos del 20% de los sufragios. La sorpresa es que en 2º lugar queda el candidato del Frente Nacional Jean-Marie Le Pen, eliminando al primer ministro Lionel Jospin quien, tras su derrota, anuncia su retirada inmediata de la vida política. En la 2ª vuelta (5/5/2002) Chirac gana a Le Pen con más del 82% de los sufragios y el apoyo de todas las fuerzas democráticas. Nombra Primer Ministro a Jean-Pierre Raffarin. Las elecciones legislativas, de junio revalidan esta decisión otorgando a la derecha una amplia mayoría (399 escaños sobre 577) en la Asamblea Nacional.

La derrota de la derecha en las elecciones regionales, fuerza al Presidente Chirac a nombrar (31/3/2004) un nuevo Gobierno (Raffarin III). Pero el triunfo del NO a la Constitución europea en el referéndum de mayo de 2005, provoca la dimisión de Raffarin y el nombramiento de Dominique de VILLEPIN como Primer ministro, cuyo mandato durará hasta las elecciones presidenciable y legislativas de mediados del 2007

El 22 de abril del 2007, los resultados oficiales de la primera vuelta de las elecciones presidenciales indican que Nicolás SARKOZY ha quedado en primer lugar con el 31,18% de los sufragios. El 2º lugar es ocupado por la candidata del partido socialista Segolène ROYALE con 25,87%. El candidato del partido centrista UDF ha conseguido un excelente resultado con el 18,57%, mientras que el Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen sólo obtiene 10,44%, muy por debajo de los últimos resultados del 2002 en el que ocupó el segundo lugar accediendo a la segunda vuelta.

 

Gobierno

Forma de Gobierno: República democrática formada por dos cámaras legislativas: el Senado (de 321 miembros) y la Asamblea Nacional ó Assemblée Nationale (de 577 miembros).

Presidente: Nicolas Sarkozy (Unión por un Movimiento Popular - UMP) desde mayo de 2007

Primer Ministro: François Fillon (UMP) desde mayo de 2007

La actual Constitución de Francia (Constitución de la quinta república) fue aprobada por un referendum público el 28 de septiembre de 1958. Desde su implementación ha fortalecido favorablemente la autoridad del poder ejecutivo en relación con el Parlamento. Bajo la Constitución, el Presidente es elegido directamente por un período de 5 años, cuyo arbitraje asegura el funcionamiento regular de los poderes públicos y la continuidad del estado. El presidente designa al Primer Ministro, quien preside el Gabinete, las fuerzas armadas y concluye tratados. El Gabinete o Consejo de Ministros es nombrado por el Presidente a propuesta del Primer Ministro.

La Asamblea Nacional (Assemblée Nationale) es el principal cuerpo legislativo. Sus 577 diputados son electos directamente por un término de 5 años y todos los asientos son votados en cada elección. Los 321 senadores son elegidos por un colegio electoral (es un sufragio indirecto) por términos de 9 años y un tercio del senado es renovado cada 3 años. Los poderes legislativos del Senado son limitados,pues es la Asamblea Nacional quien posee la palabra final de ocurrir una disputa entre ambas cámaras. El Gobierno posee una fuerte influencia sobre la forma de la agenda parlamentaria.

 

Cultura

La basílica del Sacré Coeur en ParísLa cultura es de gran importancia en Francia, un país cuyo pueblo ha acaparado el mercado mundial con su savoir faire urbano y en cuyas calles se respira el orgullo nacional.

La primera muestra destacable de arquitectura gala es de estilo gótico; cuyo origen se sitúa en el norte de Francia, a mediados del siglo XII. Las mejores muestras son, en orden de importancia, las catedrales de Chartres, Reims y Amiens. En la arquitectura y las artes plásticas, el Renacimiento, que apareció por primera vez a finales del siglo XV, fue en gran parte un fenómeno importado, con pocas innovaciones autóctonas. Los escritores locales fueron más intrépidos: Rabelais y Montaigne marcaron una época con sus obras literarias.

En la época barroca, que duró desde finales del siglo XVI hasta finales del siglo XVIII, la pintura, la escultura y la arquitectura se integraron para crear estructuras de gran delicadeza, refinamiento y elegancia. La música de este período influyó en gran medida a todo el continente. Entretanto, Nicolas Poussin se convirtió en el primer pintor francés representante del barroco, y el teatro francés rió con Molière, el dramaturgo cómico más popular de la época.

En el siglo XVIII, Jean-Baptiste Chardin llevó al arte francés la simpleza y domesticidad de los maestros holandeses. Más tarde, Napoleón nombró a Jacques Louis David, un líder de la revolución de 1789, pintor oficial del Estado. David produjo gran cantidad de cuadros, entre ellos el que muestra al dictador revolucionario Marat muerto en su baño. La producción literaria de este período es monopolio de filósofos, entre los que se encuentran Voltaire y Rousseau; en la música, los representantes más destacados fueron los impresionistas Claude Debussy, Maurice Ravel y Berlioz, fundador de la orquestación moderna y productor de óperas y sinfonías que favorecieron un nuevo renacimiento musical.

Victor Hugo es la figura clave del Romanticismo francés del siglo XIX. Por aquel entonces, el Romanticismo evolucionaba hacia nuevos movimientos, tanto en prosa como en lírica; surgieron tres grandes de la literatura francesa: Gustave Flaubert, Charles Baudelaire y mile Zola, con su controvertida, innovadora y poderosa obra. El poeta Arthur Rimbaud, que rondaba los 37 años, escribió dos obras perdurables en el tiempo: Iluminaciones y Una temporada en el infierno. El escultor Auguste Rodin, considerado por algunos críticos como uno de los más exquisitos retratistas de la historia del arte, reprodujo suntuosas figuras de bronce y mármol. La pintura retratista fue modernizada simultáneamente por Jean Auguste Dominique Ingres y Eugène Delacroix; la pintura paisajista sufrió sus primeras modificaciones de la mano de Jean-François Millet y la Escuela de Barbizon y, posteriormente, de douard Manet y los realistas. El trabajo tardío de Manet está influido por la escuela impresionista de Claude Monet, entre cuyos estudiantes figuraban Camille Pisarro y Edgar Degas.

Ya en el siglo XX, el post-impresionismo dio paso a una desconcertante diversidad de estilos. Entre ellos, dos son particularmente significativos: el fovismo, con Henri Matisse, y el cubismo, personificado en Pablo Picasso. A éste le siguió el dadaísmo, cuyos seguidores se comportaban de manera extraña en reacción a la negatividad de la II Guerra Mundial.

 

Marcel Proust dominó la literatura de principios del siglo XX con su atroz pero exquisita novela de siete volúmenes: En busca del tiempo perdido. Los poetas André Breton y Paul Eluard eran surrealistas militantes fascinados con los sueños, la adivinación y todas las manifestaciones de lo maravilloso. Tras la II Guerra Mundial, se desarrolló el Existencialismo, con Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir y Albert Camus, quien subrayó la importancia del compromiso político del escritor. De Beauvoir, autora de la innovadora El segundo sexo, tuvo una profunda influencia en el pensamiento feminista. A finales de la década de 1950, otros jóvenes escritores comenzaron a buscar nuevas formas de organizar la narrativa; la novelista Nathalie Sarraute, por ejemplo, suprimió las molestas convenciones de los personajes y los argumentos fácilmente reconocibles. Marguerite Duras, que saltó a la fama en 1984 con su novela erótica El amante, empleó una abstracción similar a la de Sarraute, anteponiendo el estado de ánimo a la descripción del personaje.

Las décadas de 1950 y de 1960 supusieron un período innovador en el cine francés; una nueva generación de directores, como Jean-Luc Godard, Alain Resnais, François Truffaut y Louis Malle, irrumpió en escena. La figura del director-autor continuó hasta los años setenta. Para entonces, la nouvelle vague había perdido su carácter experimental y forjó la reputación del cine francés como una empresa intelectual. Los directores más exitosos de la década de 1980 y de 1990 crearon películas originales y de gran impacto visual en las que mostraban lugares poco habituales, historias extrañas y personajes únicos. Los directores más respetados son: Jean-Jacques Beineix, que realizó Diva y Betty Blue, y Luc Besson, que dirigió y escribió El quinto elemento y El gran azul.

Otros autores asociados a este período de la literatura francesa son los filósofos Roland Barthes, Michel Foucault y Julia Kristeva, conocidos sobre todo por sus escritos teóricos sobre literatura y psicoánalisis. En otro orden de cosas, las viñetas de Astérix son también admiradas. Cuando los franceses consiguen apartar sus ojos de las Bellas Artes, se obsesionan con el fútbol, el rugby, el baloncesto y el ciclismo, especialmente con el Tour de France, al que dedican toda su atención. También son populares los juegos tradicionales como la petanca.

El catolicismo es la religión predominante en Francia, aunque la vida religiosa no es lo que era y ya son pocos los feligreses que acuden a la iglesia. Desde que la Iglesia se separó del Estado, en 1905, la vida se ha ido secularizando. Los musulmanes son el segundo grupo religioso mayoritario, seguidos por los protestantes (hugonotes) y una importante población judía.

La gastronomía es un elemento constante en la vida de los franceses; basta considerar algunas de las delicias epicúreas del país para poder apreciar el entusiasmo culinario francés: foie-gras, trufas, roquefort, mariscos, suculentos caracoles recogidos en los viñedos, tartas de fruta, etcétera. Pero no se puede vivir sólo de escargot y de vin de table. La población francesa del norte de África y de Asia ha contribuido en la cocina gala, aportando color y especias a muchos platos.

Un día típico comienza con un tazón de café au lait, un croissant y una fina rebanada de pan generosamente untada con mantequilla y mermelada. La comida y la cena son bastante similares; pueden incluir un primer plato de fromage de tête pâté (cabeza de cerdo en gelatina) o bouillabaise (sopa de pescado), seguido de un segundo plato de blanquette de veau (estofado de ternera en salsa blanca) y, por último, un plateau de fromage (tabla de quesos) o una tarte aux pommes (tarta de manzana). Antes de las comidas, se suele servir un aperitivo, como el Kir (vino blanco endulzado con sirope); el digestif (coñac o brandy Armagnac) se sirve al final. Otras bebidas que ayudan a la digestión y estimulan la conversación son: el café exprés, la cerveza, los licores como el pastís (90% de alcohol, con sabor a anís y primo de la absenta) y los mejores vinos del mundo.

La cultura de Francia está íntimamente relacionada con el desarrollo cultural del mundo occidental, en particular en las áreas de las artes y de las letras. París ha sido considerada durante mucho tiempo como el origen de la cultura de Francia.

Durante la edad media, Francia fue un destacado foco cultural en Europa y después, la riqueza de la monarquía francesa en los siglos XVI, XVII y XVIII subvencionó el arte a una escala comparable con la del Papado, lo que atrajo a París a la mayoría de los talentos artísticos de Europa. El aumento de la riqueza también permitió el crecimiento de una clase acomodada, que tenía tiempo y medios para practicar la elegancia en el vestir, en el comportamiento social, en la arquitectura y en el diseño, desarrollando unos estilos y unas formas sociales que todavía perduran en la cultura de Francia y por lo tanto en la occidental.

En el siglo XVIII, Jean-Baptiste Chardin llevó al arte francés la simpleza y domesticidad de los maestros holandeses. Más tarde, Napoleón nombró a Jacques Louis David, un líder de la Revolución de 1789, pintor oficial del Estado. David produjo gran cantidad de cuadros, entre ellos el que muestra al dictador revolucionario Marat. La producción literaria de este período es monopolio de los filósofos, entre los que se encuentran Voltaire y Rousseau. En la música los representantes más destacados fueron los impresionistas Claude Debussy, Maurice Ravel y Berlioz, fundador la orquestación moderna y productor de óperas y sinfonías que favorecieron un nuevo renacimiento musical. Víctor Hugo es la figura clave del Romanticismo francés del siglo XIX. Por aquel entonces, el Romanticismo evolucionaba hacia nuevos movimientos, tanto en prosa como en lírica; surgieron tres grandes de la literatura francesa: Gustave Flaubert, Charles Baudelaire y Émile Zola, con su controvertida, innovadora y poderosa obra. En la cultura de Francia también destaca el poeta Arthur Rimbaud, que rondaba los 37 años, escribió dos obras perdurables en el tiempo: Iluminaciones y Una temporada en el infierno. El escultor Auguste Rodin, considerado por algunos críticos como uno de los más exquisitos retratistas de la historia del arte y por supuesto de la cultura de Francia, reprodujo suntuosas figuras de bronce y mármol. La pintura retratista fue modernizada simultáneamente por Jean Auguste Dominique Ingres y Eugène Delacroix; la pintura paisajista sufrió sus primeras modificaciones de la mano de Jean-François Millet y la Escuela de Barbizon y, posteriormente, de Édouard Manet y los realistas. El trabajo tardío de Manet está influido por la escuela impresionista de Claude Monet, entre cuyos estudiantes figuraban Camille Pisarro y Edgar Degas.

Ya en el siglo XX, el post-impresionismo dio paso a una desconcertante diversidad de estilos en la cultura de Francia. Entre ellos, dos son particularmente significativos: el Fovismo, con Henri Matisse, y el Cubismo, personificado en Pablo Picasso. A éste le siguió el dadaísmo, cuyos seguidores se comportaban de manera extraña en reacción a la negatividad de la II Guerra Mundial.

Marcel Proust dominó la literatura de principios del siglo XX con su atroz pero exquisita novela de siete volúmenes: En busca del tiempo perdido. Los poetas André Bretón y Paul Eluard eran surrealistas militantes fascinados con los sueños, la adivinación y todas las manifestaciones de lo maravilloso. Tras la II Guerra Mundial, se desarrolló el Existencialismo, con Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir y Albert Camus, quien subrayó la importancia del compromiso político del escritor. De Beauvoir, autora de la innovadora El segundo sexo, tuvo una profunda influencia en el pensamiento feminista. A finales de la década de 1950, otros jóvenes escritores comenzaron a buscar nuevas formas de organizar la narrativa; la novelista Nathalie Sarraute, por ejemplo, suprimió las molestas convenciones de los personajes y los argumentos fácilmente reconocibles. Marguerite Duras, que saltó a la fama en 1984 con su novela erótica El amante, empleó una abstracción similar a la de Sarraute, anteponiendo el estado de ánimo a la descripción del personaje.

Las décadas de 1950 y de 1960 supusieron un período innovador en el cine francés, echo que marco mucho la cultura de Francia, y una nueva generación de directores, como Jean-Luc Godard, Alain Resnais, François Truffaut y Louis Malle, irrumpió en escena. La figura del director-autor continuó hasta los años setenta. Para entonces, la nouvelle vague había perdido su carácter experimental y forjó la reputación del cine francés como una empresa intelectual. Los directores más exitosos de la década de 1980 y de 1990 crearon películas originales y de gran impacto visual en las que mostraban lugares poco habituales, historias extrañas y personajes únicos. Los directores más respetados son: Jean-Jacques Beineix, que realizó Diva y Betty Blue, y Luc Besson, que dirigió y escribió El quinto elemento y El gran azul .

Otros autores asociados a este período de la literatura francesa son los filósofos Roland Barthes, Michel Foucault y Julia Kristeva, conocidos sobre todo por sus escritos teóricos sobre literatura y psicoanálisis.

cultura de Francia. Asterix

En otro orden de cosas, las viñetas de Astérix son también admiradas. Cuando los franceses consiguen apartar sus ojos de las Bellas Artes, se obsesionan con el fútbol, el rugby, el baloncesto y el ciclismo, especialmente con el Tour de France, al que dedican toda su atención. También son populares los juegos tradicionales como la petanca.

 

Lugares de interés

París-Ille de France: Visita a París (Torre Eiffel, Catedral Notre-Dame, Campos Elíseos, Campos de Marte, Arco de Triunfo, Río Sena) y del cercano Palacio de Versalles o los parques temáticos Disneyland-París y Parc Asterix.

 Normandía: Tierra de largas playas de arena blanca, valles y jardines, con joyas arquitectónicas como la abadía de Saint Michel o Rouen, la ciudad de los cien campanarios.

 Alsacia: Bosques como el de los Vosgos y pueblos típicos de madera con grandes catedrales, con una capital patrimonio de la Unesco, Estrasburgo.

 Rhône-Alpes: Dominada por la cima del Mont-Blanc y por las enormes estaciones de esquí. Lyon con sus museos y castillos.

 Aquitania: El mayor estuario de Europa, el de Gironda y uno de los paraisos surferos por excelencia. Burdeos y sus famosos vinos y castillos medievales.

 Midi-Pyrénées: Cimas pirenaicas y espectáculo natural. Toulouse con su arquitectura en ladrillo y un clima benigno.

 Costa Azul: Paraisos costeros legendarios como Niza, Cannes o Montecarlo, destinos preferidos de la alta burguesía francesa, con una media de 300 días de sol al año.

 Córcega: Pueblos fortificados, ruinas romanas e iglesias barrocas rodeados de playas de arena fina y acantilados salvajes.

 

Educación

Los centros educativos de Francia, empezando por las universidades surgidas en la edad media, en particular la Universidad de París (siglo XII), y continuando con las universidades modernas y las escuelas técnicas, han servido de modelos académicos para todo el mundo. Entre las personalidades francesas que han ejercido una notable influencia en la educación están: Pedro Abelardo (siglo XII), Michel de Montaigne (siglo XVI), François Fénelon (siglo XVIII), Jean-Jacques Rousseau (siglo XVIII) y Victor Cousin (siglo XIX).

En Francia, la educación es gratuita en todos sus niveles, tanto para los estudiantes franceses como para los extranjeros (el Gobierno subvenciona el 94% de los costos de los estudios superiores en Francia). La Universidad de La Sorbona (o Universidad de París) es una de las más antiguas y prestigiosas del mundo.

La centralización de la administración escolar, con el Estado ejerciendo el control de la educación, se llevó a cabo durante el mandato de Napoleón I Bonaparte, entre 1806 y 1808. El sistema educativo moderno se basa en las leyes decretadas entre 1881 y 1886 durante la permanencia de Jules Ferry al frente del ministerio de Educación. Estas leyes estipulan la educación pública gratuita y obligatoria bajo el completo control estatal. Entre las modificaciones posteriores destacan el establecimiento de la gratuidad para la enseñanza secundaria y las escuelas técnicas, la separación de la Iglesia y el Estado en cuestiones educativas (1905), la legislación de ayudas a las escuelas privadas, incluso a las que tienen afiliaciones religiosas (1951 y 1959), y la ampliación de la obligatoriedad de la escolarización hasta la edad de 16 años (1959). En respuesta a la enérgica demanda de los estudiantes, el presidente Charles de Gaulle y su gabinete aprobaron reformas educativas en 1968. El nuevo sistema acabó con el control estatal sobre los presupuestos, programas de estudios y puestos de trabajo de los profesores en todo el país. En su lugar se establecieron unidades educativas en varios niveles, se dio a las facultades el control sobre el personal trabajador y se permitió a los estudiantes tener mayor representación en la vida universitaria; también se abolió la potestad del profesorado universitario, que ocupaba la cátedra de forma vitalicia, para votar nuevos nombramientos y las universidades establecieron estructuras departamentales más democráticas. Varias de las grandes universidades se reestructuraron en pequeñas unidades y el número de éstas aumentó de 23 a 70 en la década de 1980.

Lengua

El idioma oficial es el francés, el cual es hablado por la totalidad de la población. Además co-existen lenguas regionales como el Provenzal, el Bretón, el Corso, el Alsaciano, el Vasco y el Catalán. Además un porcentaje de la población es bilingüe o trilingüe del francés con idiomas extranjeros tales como el inglés, el español, el alemán, el flamenco, el italiano y el árabe. El francés es la segunda lengua extranjera más estudiada en Europa, solo superada por el inglés, con quien comparte la cualidad de ser la única lengua presente en todos los continentes. El francés es una de las dos lenguas de trabajo de la ONU, una de las dos lenguas oficiales del COI, una de las tres lenguas oficiales de la OEP, la lengua principal de la Unión Africana, la única lengua universal de los servicios postales. Francia es el país con más francófonos del mundo, seguido por Canadá, Bélgica XE "Bélgica" , Suiza, Argelia, entre otros. Francia pertenece a la organización internacional de la Francofonía, cuyo Alto Consejo de la Francofonía, cifra en el mundo (1998) más de 173 millones de francófonos, más otros 110 millones de “francisants” (personas que usan el francés con diferentes grados de dominio) y adicionalmente otros millones de estudiantes que en todo el mundo aprenden el francés como lengua extranjera.

 

Bibliotecas y museos

La mayoría de las capitales de provincia francesas tienen bibliotecas municipales y museos, pero la principal concentración de estas instalaciones se encuentra en París; entre sus principales bibliotecas destacan la Biblioteca Nacional de Francia, con más de nueve millones de volúmenes, y las bibliotecas universitarias de la ciudad. El Louvre, también en París, contiene una de las mayores y más importantes colecciones de arte del mundo. Otro museo parisino, el Centro Nacional de Arte y Cultura Georges-Pompidou, alberga notables pinturas y dibujos del siglo XX. Muchas de las grandes obras maestras de la arquitectura francesa, como iglesias, catedrales, castillos y palacios, se conservan como monumentos nacionales.

 

Fiestas

La Fiesta Nacional francesa se celebra el 14 de julio, conmemorando la toma de la Bastilla por el pueblo parisino. El 11 de julio de 1789, el rey Luis XVI, actuando bajo la influencia de la nobleza, de su esposa María Antonieta y su hermano el Conde D'Artois, despidió al ministro Necker y ordenó la reconstrucción del ministerio de Finanzas. Gran parte del pueblo de París interpretó esta medida como un auto-golpe de la realeza y se lanzó a la calle en rebelión. El 14 de julio el pueblo de París respaldó en las calles a sus representantes y, ante el temor de que las tropas reales los detuvieran, asaltaron la fortaleza de la Bastilla, símbolo del absolutismo monárquico. La Revolución se fue extendiendo por ciudades y pueblos, creándose nuevos ayuntamientos que no reconocían otra autoridad que la Asamblea Nacional. Los campesinos dejaron de pagar impuestos y destruyeron castillos y todo lo que simbolizara al feudalismo. La Asamblea Nacional, ante los nuevos acontecimientos, suprimió el feudalismo y los diezmos, además de abolir las justicias señoriales, instaurando la igualdad ante impuestos, penas y acceso a cargos públicos.

La tradición francesa está unida al cabaret, sobre todo en París. Los más célebres son Lido, Paradis Latin, Crazy Horse, Moulin Rouge y Chez Michon, aunque la velada suele costar bastante cara, especialmente si es con cena incluida. Los cafés-teatros son típicos: se cena al mismo tiempo en que existe una actuación en directo. Los bares están abiertos hasta las 2:00 y las discotecas hasta las 5:00 horas. Todas tienen el derecho de admisión, de manera que para tener más posibilidades de entrar se recomienda no hacerlo en grupos numerosos, no chicos solos y siempre con una vestimenta adecuada.

 

 

Días festivos

1 de enero: Año Nuevo; lunes tras Semana Santa: Lunes de Pascua; 1 de mayo: Fiesta del Trabajo; 8 de mayo: Día de la Victoria; 25 de mayo: Fiesta de la Ascensión; 14 de julio: Día de la Bastilla; 15 de agosto: Día de la Asunción; 1 de noviembre: Día de Todos los Santos; 11 de noviembre: Día del Armisticio; 25 de diciembre: Navidad.

 

 

 

 

 

INICIO  |  INTRODUCCIÓN  |  ESTUDIO POR PAÍSES HOMOLOGACIÓN  |  CUESTIONES  | REFERENCIAS 
MULTIMEDIA  |  AULA VIRTUAL | GLOSARIOMISCELÁNEA  |  FAQ 

2008 © Copyright Amalio Rojo Martínez Francisco Gómez González              Diseño web CiberAtalayas